Las Águilas sufren, pero un gol del canterano en tiempo de compensación les da una agónica victoria en casa.
El América volvió a ganar, pero lo hizo entre la angustia y la frustración. Con una plantilla parchada por lesiones y un funcionamiento lejos de su mejor versión, las Águilas lograron imponerse 2-1 al Puebla gracias a un cabezazo salvador de Ramón Juárez en los minutos finales.
El triunfo sabe a alivio. Más allá de los tres puntos, significó un respiro para André Jardine, quien sigue lidiando con una enfermería llena y un plantel que no termina de encontrarse en el torneo.
😤 Un América irreconocible
El duelo en el Estadio Azteca comenzó con un América sin chispa, apagado y sin ideas claras al ataque. Jardine apostó por Julien Maximin y Brian Rodríguez como titulares, esperando una dupla ofensiva explosiva, pero el plan no funcionó.
Aunque ambos intentaron generar peligro, las llegadas fueron escasas y sin claridad. En la primera media hora, apenas un disparo desviado de Álvaro Fidalgo rompía la monotonía.
El equipo se mostraba falto de ritmo, sin conexión ni desequilibrio, algo inusual en la era Jardine. La ausencia de jugadores clave como Henry Martín, Erick Sánchez y Alejandro Zendejas pesó demasiado en la creación ofensiva.
⚽ Gol de Puebla y drama azulcrema
El panorama se complicó al minuto 52. Un descuido defensivo permitió a Emiliano Gómez aprovechar un balón suelto en el área y definir con frialdad ante Luis Malagón. Puebla se adelantaba 1-0 y el Azteca se llenaba de murmullos.
Con pocas opciones en la banca, Jardine movió piezas y envió al campo a Patricio Salas, buscando una reacción. Y aunque el América se lanzó al frente más con coraje que con orden, la fortuna apareció a su favor.
El VAR intervino tras un contacto en el área entre Álvaro de la Rosa y Brian Rodríguez, y el árbitro señaló penal. El propio Rayo Rodríguez tomó la pelota y, con serenidad, empató el juego al minuto 63, marcando su sexto gol del torneo y celebrando su renovación de contrato hasta 2029.
🦅 El héroe inesperado
Con el tiempo consumiéndose, el América se volcó al ataque. Jardine apostó por lo impensado: mandó a Ramón Juárez, defensa central de formación, como delantero improvisado. Y el movimiento resultó perfecto.
Al 90+4’, un centro preciso de Maximin encontró a Juárez, quien remató con potencia y colocación para decretar el 2-1 definitivo. El Azteca explotó, y el canterano se vistió de héroe en la noche más gris de las Águilas.
🏥 Enfermería llena, futuro incierto
La victoria no esconde los problemas del América. Las lesiones siguen afectando su rendimiento y el margen de maniobra de Jardine es mínimo. Sin varios de sus referentes, el equipo ha perdido su estilo dominante y su sello ofensivo.
Las Águilas vuelven a los primeros puestos, pero el técnico sabe que necesita recuperar efectivos cuanto antes si quiere competir con solvencia en la recta final del torneo.